El poblado de "Mas de Menente" (Alcoy)
Luis Pericot García
Fernando Ponsell Cortés
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ISSN 1989-508
LUIS PERICOT y FERNANDO PONSELL
Trabajos dl'1 Se rvicio de I nvestlgacl6n Prehistórica
El pOblado de
«I'\a~
de Menente» (1'IIcoy)
El poblado cuyos restos se encuentran en la finca ~Mas de Menente8,
partida de Barchell, término de Alcoy, descubierto por F. Ponsell en
4 de Diciembre de 1924, lué explorado por éste en los primeros meses
de 1925. El resultado de parte de los trabajos de exploración rué publicado en 1926 en las Memorias de la junta Superior de Excavaciones
y Antigüedades (1 l. pero habiendo continuado los trabajos de cuenta
del Servicio de Investigación de la Diputación de Valencia, a quien
cediera sus derechos, reconstruída la cerámica y expuesto todo el material en el Museo de Prehistoria de la Diputaci6n, creemos conveniente
publicar el conjunto de los trabajos y hallazgos realizados. puntualizando la cronología en lo posible y comparando para ello esta estaci6n
con otras vecinas.
El poblado.-Se encuentra en la ladera meridional de un monte
aislado, de 830 ms. de altura sobre el mar, junto al Mas de Menente,
estribaciones de la sierra de MarioIa. Su situaci6n es estratégica, dominando la vega del Barchell y al lado de un antiguo camino que atravesando la sierra se dirige a los pueblos de Bañeras, Benejama y Siar
(IAm. 1, 1).
El poblado estaba rodeado, en la parte más fácilmente vulnerable,
por un fuerte muro de 60 ems. de espesor, del que apenas quedan restos,
que al igual que las paredes interiores (de 35 cms. de grueso) se hallaba
formado por un aparejo tosco de piedras unidas por una especie de argamasa y en su parte interior revestidas por una capa de arcilla (Iáms. 1,
2yll,I).
(1) FEltHAHDO PONSELL ColtTI!.S: E~(Wadones In /a fi"ca tMns de Menen/n.
IInnino d, Alcoy (Alicant,). Memoria ..... r,dtXlada por ..... ; Junta Superior de Ex.
cavaclones y Antigüedades. núm. gl. 78, núm. 8 de 1924·25. (Madrid, 1926).
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Las habitaciones en número de ocho, bien visibles (hasta doce contando otras más destruidas) se hallaban dispuestas a lo largo del muro
y de una posible calle. Tan s6lo en un caso uno de los departamentos
tiene claramente puerta a la calle , comunicándose otras dos habitaciones entre sí. Las aberturas que a manera de puertas señalamos,
miden aproximadamente 1 metro.
Las habitaciones, sin ser del lodo regulares, se acercan a la for ma
rectangular o trapezoidal, con dimensiones que varian, ya que mientras
la n.O V mide 5 ros. de longitud por unos 4 ms. de anchura, la n.O IV
tiene s6lo 3 X 4 ms., medidas que en la n.O VII se reducen a 2 X 3 rns
(véase el plano. fig. 1).
/'
,
IV
IU
•
'--------------------------~.:,~,:.~.~----__t....
flg. l. CrClqul1 de l. planl. cltI pollldG de "' •• d. Mfnlntt
La altura de los muros conservados alcanza hasta a un metro por
término medio. El suelo presenta un apisonado de la capa arcillosa .
Por último, cada una de las habitaciones tiene un banco semicircular
donde, a juzgar por la abundancia de restos de ceniza, se hallaría el hogar;
junto a este banco, o a lo largo de las paredes, estaban dispuestas con
cierto orden las vasijas que aparecieron . como veremos, en gran número
y por 10 general enteras o poco menos.
Al realizarse la excavación aparecieron las siguientes capas: primero,
un estrato superficial de humus mezclado con piedras. de un espesor
que varia de JO cms. a 30 cms., según las habitaciones. en el que aparecieron algunos fragmentos de cerámica procedentes de los estratos inferiores. Seguía una capa arcillosa o de una especie de argamasa caliza,
con piedras, de espesor que va desde 30 cms. a 80 cms., según las habitaciones, y dentro de la cual aparecieron ya numerosas piezas cerámicas
y de otras materias unidas por la argamasa hasta el punto de ser difícil
separarlas. Finalmente, una capa de tierra gris, de 10 a 20 cms. de espe-
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sor. que contenta las cenizas, semillas y el resto de los objetos. La distribución de estos tres estratos era sensiblemente la misma en todas
las habitaciones, separándose algo de las restantes únicamente la n.O IV
que, entre las dos últimas capas, tenía otra, de 30 cms. de espesor, de
piedras.
Objetos de me/a/.-Cinco han sido los objetos de melal hallados, lodos
ellos en la capa de tierra gris donde aparecie ron la mayoría de objetos
(v. lám. 11,2 y ng. 2).
,
. 01
•
\
Flg. 2. PtrIU 'J seed611 del hlCha, pullalUol , tro lo de Ilerra '1 pundn dt eobre.
MU.d de IU ' amlllo natura l.
Un hacha en la habitación n.O 111: dimensiones: 8'7 cms. de longi·
tud, 4'7 crns. de anchura en el rilo y 1'5 cms. en la parle superior; su foro
ma es trapezoi dal. pero con dos prolongaciones del filo vueltas hacia
arriba. dándole un aspecto que se sale de lo corriente; el filo es muy
aguzado.
Un puñalito triangular. que conserva los dos clavos de fijación del
mango; dimensiones: 6 cms. de longitud y 2'5 cms. de anchura; en la
habitación n.O 111.
Otro puñalito de tipo muy parecido, aunque un poco mayor (7'5 crns.
de longitud y 3'3 crns. de anchura); aparece roto por los agujeros de
sujeción al mango, lo que produce la impresión de que se trata de un
puñal con el mango de una sola pieza; en la habitación n.O 1.
Un fragmento de sierra, en la habitación n.O 111 ; mide 2 X 2 ems.
Un punzón, de sección cuadrada, de 4'5 cms. de longitud y 0'4 ems.
de grueso.
Analizados estos objetos por el catedrático de Química de la Uni·
versidad de Valencia D. Enrique Gastell, han res\lltado todos ellos de
cobre puro, sin indicios de estaño; tan s6lo el punzón presenta indicios
de antimonio.
Objetos de piedra.-Son muy abundantes. En primer lugar, ocho
molinos de mano, de longitud que varia desde 25 a 60 cms.; apareció
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LUIS PERIGOT-FERNANDO PONSELL
Fil. 3. Prrll! 1 'Hd6n de 1m
dliICO de plfdr. a¡uj erudo.
MII,d de su ' amallo nalural
uno en cada habitación, excepto en la habitación n.O 11 en que aparecieron dos y la
n.O VI en que faltó esta pieza; generalmente
aparecieron en la parte superio r de las habitaciones, cerca de l hogar (v. Iám. 11 ,3).
Una piedra plana ligeramente circular. de
unos 4 ems. de diámetro, con agujero cerca del
borde, para ser usada como colgante (fig. 3).
FI,. 4. pum y ucclones dt hath u grandes efe pltdr •• Mitad de IW I. mlllo nalural.
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E~ POBLADO DE tMAS DE MENENTEt (ALCOY)
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Las hachas de piedra son en número de 14, si bien alguna es de clasificaci6n dudosa por lo desgastado del filo. Varias están fragmentadas.
Difieren los tamaños habiéndolas grandes y toscas (13'5 cms. de longitud, 10 cms. de anchura y 4'5 cms. de grueso) , medianas, toscas en parte,
de diorita (de 6 a 8'5 cms. de longitud, 3'5 a S'Scms. de ancho y 1'S a 3'7
centímetros de grueso) y pequeñas. Estas últimas son tres, todas ellas
de piedras finas y con pulimento muy perfecto; una, de fibrolita, mide
4'2 X 3 X 1 cms.; otra, completa, 4'5 X 3'S X 1'2 ems., presentando
el canto lateral plano con los bordes agudos; la tercera, a la que falta
la parte superior, mide 3'3 X 2'8 X I cms. y ofrece la curiosa particularidad de una arista central cuyOs bordes van a juntarse con los del
filo (véanse figs. 4 Y 5).
C,,;'
flC. !l. Perfil, u<:clontt dt ptquttill hac:hu dt
MII.d de 111 I.m.no n.lural
p l~ ra.
Varios cantos rodados y afiladores. Una lámina. de piedra pizarro·
sa, de seccion rectangular; mide 8 X 1'8 X 0'7 cms.; tiene sus extremos rotos por el lugar donde tenía, a cada lado, un agujero.
De sílex son numerosas sierras y fragmentos de hojas de cuchillo.
Estos últimos son en número de 8, de sílex negro o melado; entre ellos,
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LUI S PERI COT'PERNANDO PONSEl...L
tan s6lo uno puede ser considerado completo, midiendo 5'7 ems. de longitud por ]'4 de anchura (v. Hg. 6). Las hojas de sierra son en número
de 68; las hojas de sílex se
han preparado de manera a
dejar un lado grueso, el lado
que sirve para enmangar en
una lámina de madera, y
otro lado aguzado, en el que
Fil;. 11. Cuchillo IIf slln . Tamallo n. lvnll
se tallan los dientes de la
sierra; así es que tales hojas vienen a tener una sección análoga a la
de nuestras navajas de afei t ar. La longitud de estas pequeñas hojas
de sierra varía desde J '7 a 3'3 ems., su anchura de 1 a 1'6 ems. yel
grueso suele ser poco mayor de medio centímetro. Es curioso que todas
ellas (algunas no tienen más que un diente) están muy desgastadas
y los dientes muy poco salientes ya, mientras la anchura de éstos
llega hasta G'5 ems. (Y. fig. 7). Seis de estas hojas aparecieron en la
habit aci6n n.O IV, junto a los restos de hoz de madera de que hablaremos, por lo que ca be suponer fo rmarían parte de ésta.
Fil. 7. Hol" dt
I I~rr.
de Ifl u:. Tamdo natura'
Cerámica.-Es, como siempre ocurre, el material más abundante.
pero en este poblado es de notar el hecho de que los numerosos vasos
encontrados apareciesen enteros o fácilmente reconstrui bles, siendo en
cambio relativamente escasa la proporci6n de fragmentos dispersos.
El número total de piezas reconstruídas y expuestas en el Museo alcanza
a 163.
Las formas principales son las siguientes: cuencos con las variantes
c6nica, de casquete semiesférico más o menos reba jado y de tendencia
ov6idea; ollas con tendencia campaniforme; vasos semioY6ideos; algunos
con ten dencia a formar el reborde cent ral; de panza esférica y corto,
pero ancho, cuello cilíndrico; grandes vasijas oY6ideas con pequeño
cuello, una de ellas troncoc6nica en su parte superior; con fondo de casquete esférico, reborde saliente y cuello c6ncavo (perfilUamado argáríco); cilíndrico (dos ejemplares, uno con asa y otro sin ella). Todas estas
for mas admiten asas, de tipo normal o pezones en número de uno a
cuatro. Tan s610 en dos vasijas de las de perfil argárico, aparece a am bos
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EL POSLADO DE «MAS DE MENENTEt (ALCOY)
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lados un reborde en el que se abren dos orificios que se destinarían a
colgar la vasija (v. Hg. 8).
~'C(Jt{JCCCJC~
CJ\JO(](]
--.
l
f ll. 8. Cu adro d, 1.. lorm.. prlllclpl lu eh 1. ctrAm le1 dr l pobll do lIe Mu ele Ment nl t .
1110 ele I U hlln l ll o natural.
La pasta es de regular finura y la cocción buena, presentando todos
los vasos un cierto pulimento de su superficie que compensa [a falta
de decoración; su color varia del amarillento rojizo al gris negruzco.
La decoración falta por completo; tan sólo los bordes de dos grandes
cuencos tienen una lineas incisas oblicuas en todo su contorno.
Las dimensiones menores suelen encont rarse entre los cuencos (los
hay de 7 cms. de diámetro de la boca por3'5 cms. de altura), aunque al·
guno de ellos sea de regulares proporciones(JO cms. diám. boca y II cms.
altura); los vasitos ovóideos suelen ser también pequeños, lo mismo que
los campaniformes y algu nos de reborde central (medi das de algunos:
7'5 ems. diám. X 6'5 ems. alt. ; ¡ ¡ ems. boca X 13 ems. diám. máx. X 9
centímetros alt.; 7 ems. boca X 9 ems. diám. máx. X 6'5 ems. alt .).
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Medianos suelen ser los de reborde central, midiendo el mayor de ellos
13 ems. de diam. de la boca, 18 ems. de diám. mb. y 13'5 ems. de alt.
Los dos cillndricos miden, el uno 8'5 ems. de alt. y 11 ems. de diám. de
la boca, y el otro, 11 ems. de alt .. 15'5 diám. boca y 14 ems. diám. base.
Por último, son de grandes dimensiones algunas de las ollas campaniformes y las vasijas de panza esférica u ov6idea con bocas de más de
20 eros. de diámetro, máximas anchuras superiores a 30 ems. y alturas
de 30 ems. cuando menos . Una vasija. mayor que todas, mide 40 ems.
de diám. de la boca y 56 ems. de alto (v. Jáms. 111 y 1V).
Ofros objetos de barro.-Parte de un aro de barro tosco; el grosor
es de 20 ems. y el diámetro de la pieza 65 ems.; parece tratarse del
resto de un horno o de un sostén de vasija.
Varias piezas elipsoidales planas (dimensiones 16 x 23 X 5 cms.), con cuatro agujeros, de fin indeterminable (v. lám. V, 1).
Varias pellas de arcilla con perforación,
a manera de morillos para sostener una
barra (v. lám. V, 1).
J
Parte del pavimento de una habitación.
con la impresión de un cesto (v. lám. V, 2).
Objetos de hueso.-Un hueso, decorado
curiosamente cerca de ambos extremos por
una faja de líneas inclinadas que se cruzan
"
entre dos líneas paralelas (v. Hg. 9).
Cinco fragmentos de punzones. uno de
ellos de 7'3 cms. de long. y otro, muy bien
Fil. 9. Clpu ••g1.lJtre.dl y h1.ltso
conservado, con la punta de sección triant on decoracl/m Int lsl.
gular (5 X 0'6 centímetros); parte de UI1
Mitad de 511 I.I mailo nl lll T
a1
hueso, acaso punzón asimismo.
Objetos varios.-Un mango de hoz de madera; consiste en una varilla
ligeramente curvada, de 40 cms. de longitud y sólo 1'3 cms. de grueso
(v. IAm. V, 3).
Tres conchas; una ciprea con dos agujeros para usarla como colgante
(v. fig. 9).
Granos de trigo (?) carbonizados hallados dentro de una vasija.
Deducciones cronológicas.-Ei fijar la cronología de esta , como de
otras estaciones levantinas, unas pocas publicadas, muchas inéditas
todavía (1), ha de ser difícil mientras se trabaje sobre un corto número
li
•
(1) Es realmente enorme el número de estaciones deseuhlertas de estos pe.
rlodos en toda la regi6n levantina y de las que se conocen IIn algunos casos hallazgos
sin que hayan sido publicados ni siquiera e¡¡ploradas debidamente. Véase. en prueba
de ello, el trabajo de O. Nicolás Primitivo G6mez inserto en otro lugar del presente
ARCHIVO.
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de ellas, ya que por su pobreza común carecen de los elementos típicos
suficientes para darles un lugar bien delimitado dentro del cuadro
general de la prehistoria hispánica.
Analizemos cada uno de los elementos que el Mas de Menente nos
ha proporcionado en orden a la cronología. Los objetos de metal nos
dan ya como término post quem, el eneolítico avanzado, ya que su va·
riedad indica una época en que los útiles de metal se han divulgado y
multiplicado; el tratarse de cobre puro parece ser un obstáculo, no
insuperable, para que rebajemos su edad hasta la edad del bronce en
sus comienzos; es bien sabida ya la poca fijeza respecto al uso de cobre
puro O de bronce en los tiempos limítrofes entre el eneolítico y los ca·
mienzos de aquella edad. El punzón y los puñalitos indican el eneolltico; el fragmento de sierra da idea de algo más moderno. y el hacha
confirma esta última suposición; la forma sumamente rara de ésta,
con los salientes recurvados, no puede colocarse en un momento anti·
guo, a pesar de que conserva todavía el cuerpo trapezoidal de las hachas
de los primeros tiempos. En resumen, a base de los objetos de metal.
colocaríamos el poblado en la época de transición entre el pleno enea·
Iftico y la época de El Argar.
La cerámica viene a confirmárnoslo. En ella falta toda decoración;
ni el más leve indicio nos recuerda las decoraciones que en otro tiempo
florecieron en Levante, los relieves de la cerámica de la cultura de las
cuevas, las incisiones de la cerámica cardial y del vaso campaniforme;
de acuerdo con el carácter típico de la cerámica almeriense, acentuado
al acercarnos a El Argar, la decoración desaparece yen cambio la factura
es algo más perfecta y la superficie mejor alisada. Pero hay otro indicio
de los mismo en las formas; el cuenco cónico y, sobre todo, alguno de
los vasos con reborde central muy acusado, preludian las formas de
El Argar; no hemos llegado aún a éstas, pero nos hallamos en su camino. De notar son también por su originalidad las dos vasijas cilín·
dricas.
Aún podemos reforzar la hipótesis por medio del sílex. Ni una sola
punta de flecha; escasísimos cuchillos, mientras abunda extraordinariamente el tipo de sierra; todo ello nos indica que hemos pasado ya
del pleno enea lítico.
Los demás objetos no contradicen esta cronología; el buen número
de hachas de piedra nos impediría rebajar demasiado la edad del poblado; pero entre ellas hay dos ejemplares pequeños y de delicado trabajo que, el uno por lo agudo de sus cantos y el otro por el curioso reborde central, nos hablan de un momento avanzado, también acaso
imitando ya las piezas de metal.
De todo ello concluimos que hay que colocar este poblado entre los
años de 2500 a 2000 antes de J.-C., siguiendo la cronología de P. 80sch
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LUIS PERICOT-FERNANOO PONSELL
Gimpera, renovada últimamente (1), en la que se tiende a rebajar la
fecha de El Argar, dejando así un amplio margen para la transición de
la época del cobre a la del bronce, dentro de la cual situamos la estación
que nos ocupa, creemos que con sobradas razones.
Comparociones.-De alto interés sería el poder agrupar este poblado
con las restantes manifestaciones análogas de la región levantina y ver
qué lugar ocupa en la evolución de su cultura; pero faltando realmente
trabajos de sistematización para aquélla, que recojan Jos datos últ!mas (2), resultaría esta tarea fuera de lugar aquí. Por ello nos limitaremos a comparar el Mas de Menenfe con otras estaciones de los alrededores de Alcoy como primer núcleo para ir extendiendo en otra ocasi6n
el sistema a las restantes estaciones valencianas.
En su término o en los vecinos tenemos noticia de múltiples estaciones de época análoga: Les Llomeles, Vil del Moro, Mola Afia de Serelles, necrópolis El Revolea! (Cocentaina), Mola d' Agres, Cava Blanca
o de Bolumini, Cabezo de Mariola, prescindiendo de otras más alejadas
(Bocairente, Gayanes, Carrícola, Bélgida, Bellús, Albaida, Torremanzanas, etc.) (3).
La única bien excavada y estudiada es el poblado de la Mola Al/a
(1) Véase particularmente el trabajo de P. BOSCH GIMf'ERA: O neo·en8olitico
na Europa OcidmlaJ e o prOblema do suo cronoJogia (TrabaJitos da Sociedade Por·
tugueMl dI Antropologia e Etnologia, vol. 111, fase. IV, Porto, 1928), del que damos
un resumen en la Sección Bibliográfica de este ARCHIVO. En su nuevo sistema, el
profesor 80sch Glmpera subdivide el primer perlado de la Edad del Bronce (transIción a El Argar) en dos subperlodos, y como se verá, no nos atrevemos en muchos
casos a concretar la cronologia de las estaciones alcoyanas hasta el punto de distinguir en ellas estos dos subperlodos; sin embargo, cuando nos referimos al eneoJltlco
final, como ocurre al hablar de la Mola Afta de Strefles, tal denominación viene a
coincidir prácticamente con el comienzo de la Edad del Bronce I a b del sistema de
Bosch Gimpera.
(2) V. P. BOSCH GIMPERA: ConsMuacions ge/lerals sobre lesestafions tneollti·
giles d,J Baix Aragó i d,1 Regne de Valencia, Anuarl 1. E. e., VI, Barcelona
19]5-20, p. 463.
(3) Para el conjunto de estas estaciones, v. R EIoIICIO VICE DO: Histaria de Alcoy,
vol. 1 (A!CQy, 1920); CAMII.O VISEOO: Breu no/ida sobre les primeres edals del metaff
a les proximilats d'Alcoy (Butlfeti de I'Assadació Ca/alano d'Anlropologin, Efllofogia
i Prehi$1ória, vol. 111 , fase. 11, Barcelona, 1925, p. 173). De algunas (Bé]gida, 80·
cairente, Albaida), se habla en distintos lugares de este ARCHIVO especialmente
en el trabajo de 1. Ballester sobre la estación del Camf Real d'Alacanl (Albai.
da) donde se sistematiza lo referente a cuevas sepulcrales de la comarca. La
estación de Torremanlanas, explorada por el pérroco de esta localidad, Sr. Belda,
ha ~ldo publicada por él en la M,moria n,O 1 de la Ju ntlil Superior de Exca02
vaciones de Antigüedades, Madrid 1929.
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de SereUes (J). A nuestro juicio, este poblado, que se halla a pocos kiló·
metros en linea recta del de Mas de Menen/e, representa una misma
cultura , unas mismas gentes, viviendo en un momento inmediatamente
anterior. En él tenemos la misma pobreza en la decoración cerámica,
parecidas formas, pero menos variadas y con falta del vaso con perfll
argárico; los cordones con impresiones digitales no son raros; los objetos
de sílex denotan mayor riqueza y los de metal menos, que los correspondientes del Mas de Menen/e. En una palabra, produce la impresión
de pertenecer a un eneoHtico avanzado o final, pobre .
La cueva sepulcral de Les L/omeles, junto a Alcoy, ofrece grandisimo
interés. Por desgracia, fué descubierta y explorada en una época en
que se prestaba todavla poca atención a estos hallazgos. lo cual explica que nos falte de ella una publicación completa y que se hayan
perdido gran parte de los objetos y restos humanos que se hallaron. De
la descripción que se conserva de su exploración (2) se deduce que
existían en ella dos capas, la superior con los cadáveres extendidos y
con útiles de cobre, que pertenecería al final del eneolítico o comienzos
de la época de transición al bronce, contemporánea en el primer caso
de la Mola Alta de Serelles, y otra inferior con los cadáveres en cuclillas
y cerámica sin decoración, útiles de piedra, hueso y marfil (3); esta
capa inferior sería de l pleno eneolítico, contemporánea de los enterramientos del Caml Real d' Alacan! (Albaida) y de la Coua de la Barsella
(Torremanzanas).
En VII del Moro (La Serreta, Alcoy), hay restos de un poblado con
muros sin argamasa, que ha proporcionado una rica colección de piezas
de sílex (puntas de flecha con aletas, entre otras), un pequeño escoplo
de cobre, cerámica tosca, hachas de piedra, etc. Lo suponemos del
eneolítico final, contemporáneo de la Mola Alta (4). La Mola de Agres,
algo más alejada ya que se halla en las estribaciones septentrionales de
Mariola, es otro poblado con numerosos restos de grandes muros del
que procede cerámica tosca y algunos objetos de piedra poco típIcos;
(1) ERNESTO BOTELLA CANDELA: Excavaciones en fa _Mola Alta. de Serelles
(Alcoy), Memoria núm. 79 de las publicadas por la junta Superior de Excavaciones
y Antigüedades (Madrid 1926). Del mismo autor y con el mismo titulo, Memoria
número 94 de las publicadas por la dicha junta (Madrid. 1928).
(2) V. la copia de la Memoria redactada por D. Enrique Vilap[ana y D. j. Vila·
nova y Piera poco después del descubrimiento en la Historia de Alcoy, de R. VICE DO,
Tomo 1, donde se contienen , ademA.s, otros datos Interesantes sobre este yacio
miento.
(J) Entre ellos un llamado tomillo qUB seria la cabeza de una aguja. semejante
a la de l Cal/1f Real d' A lacall/; v. el trabajo de 1. Ballester sobre el último en otro lugar
del ARCHIVO.
(4) R. VICE DO, ab. cil., p. 77 Y 83; C. VisaDO, ob. dI.
-
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1.UIS PERICOT-FERNANDO PONSELL
acaso pudiera provisionalmente considerarse como del pleno eneolítico (1). En La Canal (Maslas El Remó y Vi/aplana, Alcoy), frenle al
poblado ibérico del Puig, se hallaron cadáveres y hachas de piedra;
provisionalmente atribuimos estos enterramientos al pleno encolitico;
lo mismo diremos de los enterramientos deIs DI/bols (al Este de La Serreta) y de La Menara y de los hallazgos de hachas y cerámica realizados
en los lugares denominados El Sargento y Baradellos (2).
Al pleno eneolítico pertenecen también la Ca/Ja de Bolumini (3) con
cerámica con decoración incisa. los fondos de cabaña de Bélgida con
vaso campaniforme, la Caua de la Sarsa (Bocairente), con cerámica do!
decoración tardíal (4) y los enterramientos de l Camí Real d'A/acalll
(A!b3.ida) y la Cava de la Barsella (Torremanzanas), La necr6polis d~
Gayanes (5) acaso fuera un poco posterior, contemporánea de la Mola
Alta de Serelles, mientras el enterramiento de Carríco la (6) parece
también del pleno eneolítico. Por último, el CabefÓ de M ariola (7), con
un puñal de bronce de tipo avanzado nos lleva ya a una época plenn·
mente argárica, posterior, por lo tanto, a todas las estaciones que llevamos enumeradas.
Con esto hemos esbozado un primer intento de clasificación cronológica de las numerosas estaciones de los alrededores de Alcoy, a base
de los escasos datos publicados. Esperemos que nuevos estudios en la
comarca permitirán mejorar nuestra tentativa rectificando los errores
que por las deficiencias de exploración forzosamente se habrán desli·
zado en ella. La abundancia de los hallazgos justifica por anticipado
cuantos esfuerzos se realicen en este sentido.
(I) R. VICI!:DO: ob. cil .. p. 77 Y 83; C. VISI!:OO: ob. cil.
(2) R. VICEDO: ab. cit., p. 77 y ~Igs.
(3) C. VISE DO: ob. cit.; P. Bosch Gimpera y A. del Castillo, en sus trabajos
sobre el vaso campaniforme, han atribuído la cerámica de esta cueva a la especie
del vaso campaniforme. u otra emparenta1a con ella.
(4) Aparte de la COvQ de la SarsQ, hay en el té.rmlno de Bocalrente otra pequeña cueva con el mismo tipo ceramico (C. VIS!! DO: ab. cit.).
(5) C. VIS!!OO: ab. cit. Esta necr6polis no se ha publlcado de manera como
pleta y su material se halla disperso.
(6) Publicado por C. VISI!:OO: ab. cit., atribuyéndOlo a Ad::aneta; dIcho autor
reproduce un vaso hallado en ~I, de acusado perfil ar,drica como algunos ejemplares
del Mas de Menen!t. Recientemente (1929) 1. Ballester ha terminado 3U expl0.
rar'!ón encontrando material semejante al de otras cuevas sepulcrales eneolltir'as.
(7) R, VIC!DO: ab. cit.: C. VISEOO: ab. cit.
_
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PER1COT
~
PONSELL
~ . Mas
de Menentu.
2
1. Vista lid tmo donllr sr lrvanta fl poblado.
2. VIsI. de las hallllaclones lid pobbdo.
LÁM I NA
1.
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PERICOT - PONSELL - ~ Mas de Menentetl.
LÁMINA 11.
2
3
l. Enluddo de una de In pareda -
2. PltUI dt cobre -
3. Molinos de m.no
[page-n-115]
PERICOT. PONSELl· .Mas de Menentet.
2
I Y 2. CtrAmlca dtl poblado.
LÁMINA 111.
[page-n-116]
PERICOi - PONSELL - , Mas de Menentet.
2
l. VUO' ptqurilOl -
2. Grandes cuencos.
LÁMINA IV.
[page-n-117]
PERICOT· PONSELL ~ . Mas de Menentu •
LÁMINA
•
3
1. PIUd de "-"O de Il1O Indtltfmln.do - Z. Impttsl6n en el !Ia"O d. un Iondo de calo
3. 1101 de madera t¡¡n plun de IlIex.
v.
[page-n-118]
ISSN 1989-508
LUIS PERICOT y FERNANDO PONSELL
Trabajos dl'1 Se rvicio de I nvestlgacl6n Prehistórica
El pOblado de
«I'\a~
de Menente» (1'IIcoy)
El poblado cuyos restos se encuentran en la finca ~Mas de Menente8,
partida de Barchell, término de Alcoy, descubierto por F. Ponsell en
4 de Diciembre de 1924, lué explorado por éste en los primeros meses
de 1925. El resultado de parte de los trabajos de exploración rué publicado en 1926 en las Memorias de la junta Superior de Excavaciones
y Antigüedades (1 l. pero habiendo continuado los trabajos de cuenta
del Servicio de Investigación de la Diputación de Valencia, a quien
cediera sus derechos, reconstruída la cerámica y expuesto todo el material en el Museo de Prehistoria de la Diputaci6n, creemos conveniente
publicar el conjunto de los trabajos y hallazgos realizados. puntualizando la cronología en lo posible y comparando para ello esta estaci6n
con otras vecinas.
El poblado.-Se encuentra en la ladera meridional de un monte
aislado, de 830 ms. de altura sobre el mar, junto al Mas de Menente,
estribaciones de la sierra de MarioIa. Su situaci6n es estratégica, dominando la vega del Barchell y al lado de un antiguo camino que atravesando la sierra se dirige a los pueblos de Bañeras, Benejama y Siar
(IAm. 1, 1).
El poblado estaba rodeado, en la parte más fácilmente vulnerable,
por un fuerte muro de 60 ems. de espesor, del que apenas quedan restos,
que al igual que las paredes interiores (de 35 cms. de grueso) se hallaba
formado por un aparejo tosco de piedras unidas por una especie de argamasa y en su parte interior revestidas por una capa de arcilla (Iáms. 1,
2yll,I).
(1) FEltHAHDO PONSELL ColtTI!.S: E~(Wadones In /a fi"ca tMns de Menen/n.
IInnino d, Alcoy (Alicant,). Memoria ..... r,dtXlada por ..... ; Junta Superior de Ex.
cavaclones y Antigüedades. núm. gl. 78, núm. 8 de 1924·25. (Madrid, 1926).
-
101 -
[page-n-102]
2
LUIS PERtCOT-FERNANDO PON5El.L
Las habitaciones en número de ocho, bien visibles (hasta doce contando otras más destruidas) se hallaban dispuestas a lo largo del muro
y de una posible calle. Tan s6lo en un caso uno de los departamentos
tiene claramente puerta a la calle , comunicándose otras dos habitaciones entre sí. Las aberturas que a manera de puertas señalamos,
miden aproximadamente 1 metro.
Las habitaciones, sin ser del lodo regulares, se acercan a la for ma
rectangular o trapezoidal, con dimensiones que varian, ya que mientras
la n.O V mide 5 ros. de longitud por unos 4 ms. de anchura, la n.O IV
tiene s6lo 3 X 4 ms., medidas que en la n.O VII se reducen a 2 X 3 rns
(véase el plano. fig. 1).
/'
,
IV
IU
•
'--------------------------~.:,~,:.~.~----__t....
flg. l. CrClqul1 de l. planl. cltI pollldG de "' •• d. Mfnlntt
La altura de los muros conservados alcanza hasta a un metro por
término medio. El suelo presenta un apisonado de la capa arcillosa .
Por último, cada una de las habitaciones tiene un banco semicircular
donde, a juzgar por la abundancia de restos de ceniza, se hallaría el hogar;
junto a este banco, o a lo largo de las paredes, estaban dispuestas con
cierto orden las vasijas que aparecieron . como veremos, en gran número
y por 10 general enteras o poco menos.
Al realizarse la excavación aparecieron las siguientes capas: primero,
un estrato superficial de humus mezclado con piedras. de un espesor
que varia de JO cms. a 30 cms., según las habitaciones. en el que aparecieron algunos fragmentos de cerámica procedentes de los estratos inferiores. Seguía una capa arcillosa o de una especie de argamasa caliza,
con piedras, de espesor que va desde 30 cms. a 80 cms., según las habitaciones, y dentro de la cual aparecieron ya numerosas piezas cerámicas
y de otras materias unidas por la argamasa hasta el punto de ser difícil
separarlas. Finalmente, una capa de tierra gris, de 10 a 20 cms. de espe-
102-
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El. P06l..ADO DE tMAS DE MENENTEt (ALCOY)
3
sor. que contenta las cenizas, semillas y el resto de los objetos. La distribución de estos tres estratos era sensiblemente la misma en todas
las habitaciones, separándose algo de las restantes únicamente la n.O IV
que, entre las dos últimas capas, tenía otra, de 30 cms. de espesor, de
piedras.
Objetos de me/a/.-Cinco han sido los objetos de melal hallados, lodos
ellos en la capa de tierra gris donde aparecie ron la mayoría de objetos
(v. lám. 11,2 y ng. 2).
,
. 01
•
\
Flg. 2. PtrIU 'J seed611 del hlCha, pullalUol , tro lo de Ilerra '1 pundn dt eobre.
MU.d de IU ' amlllo natura l.
Un hacha en la habitación n.O 111: dimensiones: 8'7 cms. de longi·
tud, 4'7 crns. de anchura en el rilo y 1'5 cms. en la parle superior; su foro
ma es trapezoi dal. pero con dos prolongaciones del filo vueltas hacia
arriba. dándole un aspecto que se sale de lo corriente; el filo es muy
aguzado.
Un puñalito triangular. que conserva los dos clavos de fijación del
mango; dimensiones: 6 cms. de longitud y 2'5 cms. de anchura; en la
habitación n.O 111.
Otro puñalito de tipo muy parecido, aunque un poco mayor (7'5 crns.
de longitud y 3'3 crns. de anchura); aparece roto por los agujeros de
sujeción al mango, lo que produce la impresión de que se trata de un
puñal con el mango de una sola pieza; en la habitación n.O 1.
Un fragmento de sierra, en la habitación n.O 111 ; mide 2 X 2 ems.
Un punzón, de sección cuadrada, de 4'5 cms. de longitud y 0'4 ems.
de grueso.
Analizados estos objetos por el catedrático de Química de la Uni·
versidad de Valencia D. Enrique Gastell, han res\lltado todos ellos de
cobre puro, sin indicios de estaño; tan s6lo el punzón presenta indicios
de antimonio.
Objetos de piedra.-Son muy abundantes. En primer lugar, ocho
molinos de mano, de longitud que varia desde 25 a 60 cms.; apareció
-
103-
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•
4
LUIS PERIGOT-FERNANDO PONSELL
Fil. 3. Prrll! 1 'Hd6n de 1m
dliICO de plfdr. a¡uj erudo.
MII,d de su ' amallo nalural
uno en cada habitación, excepto en la habitación n.O 11 en que aparecieron dos y la
n.O VI en que faltó esta pieza; generalmente
aparecieron en la parte superio r de las habitaciones, cerca de l hogar (v. Iám. 11 ,3).
Una piedra plana ligeramente circular. de
unos 4 ems. de diámetro, con agujero cerca del
borde, para ser usada como colgante (fig. 3).
FI,. 4. pum y ucclones dt hath u grandes efe pltdr •• Mitad de IW I. mlllo nalural.
- 104-
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E~ POBLADO DE tMAS DE MENENTEt (ALCOY)
5
Las hachas de piedra son en número de 14, si bien alguna es de clasificaci6n dudosa por lo desgastado del filo. Varias están fragmentadas.
Difieren los tamaños habiéndolas grandes y toscas (13'5 cms. de longitud, 10 cms. de anchura y 4'5 cms. de grueso) , medianas, toscas en parte,
de diorita (de 6 a 8'5 cms. de longitud, 3'5 a S'Scms. de ancho y 1'S a 3'7
centímetros de grueso) y pequeñas. Estas últimas son tres, todas ellas
de piedras finas y con pulimento muy perfecto; una, de fibrolita, mide
4'2 X 3 X 1 cms.; otra, completa, 4'5 X 3'S X 1'2 ems., presentando
el canto lateral plano con los bordes agudos; la tercera, a la que falta
la parte superior, mide 3'3 X 2'8 X I cms. y ofrece la curiosa particularidad de una arista central cuyOs bordes van a juntarse con los del
filo (véanse figs. 4 Y 5).
C,,;'
flC. !l. Perfil, u<:clontt dt ptquttill hac:hu dt
MII.d de 111 I.m.no n.lural
p l~ ra.
Varios cantos rodados y afiladores. Una lámina. de piedra pizarro·
sa, de seccion rectangular; mide 8 X 1'8 X 0'7 cms.; tiene sus extremos rotos por el lugar donde tenía, a cada lado, un agujero.
De sílex son numerosas sierras y fragmentos de hojas de cuchillo.
Estos últimos son en número de 8, de sílex negro o melado; entre ellos,
-
105-
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6
LUI S PERI COT'PERNANDO PONSEl...L
tan s6lo uno puede ser considerado completo, midiendo 5'7 ems. de longitud por ]'4 de anchura (v. Hg. 6). Las hojas de sierra son en número
de 68; las hojas de sílex se
han preparado de manera a
dejar un lado grueso, el lado
que sirve para enmangar en
una lámina de madera, y
otro lado aguzado, en el que
Fil;. 11. Cuchillo IIf slln . Tamallo n. lvnll
se tallan los dientes de la
sierra; así es que tales hojas vienen a tener una sección análoga a la
de nuestras navajas de afei t ar. La longitud de estas pequeñas hojas
de sierra varía desde J '7 a 3'3 ems., su anchura de 1 a 1'6 ems. yel
grueso suele ser poco mayor de medio centímetro. Es curioso que todas
ellas (algunas no tienen más que un diente) están muy desgastadas
y los dientes muy poco salientes ya, mientras la anchura de éstos
llega hasta G'5 ems. (Y. fig. 7). Seis de estas hojas aparecieron en la
habit aci6n n.O IV, junto a los restos de hoz de madera de que hablaremos, por lo que ca be suponer fo rmarían parte de ésta.
Fil. 7. Hol" dt
I I~rr.
de Ifl u:. Tamdo natura'
Cerámica.-Es, como siempre ocurre, el material más abundante.
pero en este poblado es de notar el hecho de que los numerosos vasos
encontrados apareciesen enteros o fácilmente reconstrui bles, siendo en
cambio relativamente escasa la proporci6n de fragmentos dispersos.
El número total de piezas reconstruídas y expuestas en el Museo alcanza
a 163.
Las formas principales son las siguientes: cuencos con las variantes
c6nica, de casquete semiesférico más o menos reba jado y de tendencia
ov6idea; ollas con tendencia campaniforme; vasos semioY6ideos; algunos
con ten dencia a formar el reborde cent ral; de panza esférica y corto,
pero ancho, cuello cilíndrico; grandes vasijas oY6ideas con pequeño
cuello, una de ellas troncoc6nica en su parte superior; con fondo de casquete esférico, reborde saliente y cuello c6ncavo (perfilUamado argáríco); cilíndrico (dos ejemplares, uno con asa y otro sin ella). Todas estas
for mas admiten asas, de tipo normal o pezones en número de uno a
cuatro. Tan s610 en dos vasijas de las de perfil argárico, aparece a am bos
-
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EL POSLADO DE «MAS DE MENENTEt (ALCOY)
7
lados un reborde en el que se abren dos orificios que se destinarían a
colgar la vasija (v. Hg. 8).
~'C(Jt{JCCCJC~
CJ\JO(](]
--.
l
f ll. 8. Cu adro d, 1.. lorm.. prlllclpl lu eh 1. ctrAm le1 dr l pobll do lIe Mu ele Ment nl t .
1110 ele I U hlln l ll o natural.
La pasta es de regular finura y la cocción buena, presentando todos
los vasos un cierto pulimento de su superficie que compensa [a falta
de decoración; su color varia del amarillento rojizo al gris negruzco.
La decoración falta por completo; tan sólo los bordes de dos grandes
cuencos tienen una lineas incisas oblicuas en todo su contorno.
Las dimensiones menores suelen encont rarse entre los cuencos (los
hay de 7 cms. de diámetro de la boca por3'5 cms. de altura), aunque al·
guno de ellos sea de regulares proporciones(JO cms. diám. boca y II cms.
altura); los vasitos ovóideos suelen ser también pequeños, lo mismo que
los campaniformes y algu nos de reborde central (medi das de algunos:
7'5 ems. diám. X 6'5 ems. alt. ; ¡ ¡ ems. boca X 13 ems. diám. máx. X 9
centímetros alt.; 7 ems. boca X 9 ems. diám. máx. X 6'5 ems. alt .).
-
107-
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8
LUIS PERICOT-FERNANDO PONSELL
Medianos suelen ser los de reborde central, midiendo el mayor de ellos
13 ems. de diam. de la boca, 18 ems. de diám. mb. y 13'5 ems. de alt.
Los dos cillndricos miden, el uno 8'5 ems. de alt. y 11 ems. de diám. de
la boca, y el otro, 11 ems. de alt .. 15'5 diám. boca y 14 ems. diám. base.
Por último, son de grandes dimensiones algunas de las ollas campaniformes y las vasijas de panza esférica u ov6idea con bocas de más de
20 eros. de diámetro, máximas anchuras superiores a 30 ems. y alturas
de 30 ems. cuando menos . Una vasija. mayor que todas, mide 40 ems.
de diám. de la boca y 56 ems. de alto (v. Jáms. 111 y 1V).
Ofros objetos de barro.-Parte de un aro de barro tosco; el grosor
es de 20 ems. y el diámetro de la pieza 65 ems.; parece tratarse del
resto de un horno o de un sostén de vasija.
Varias piezas elipsoidales planas (dimensiones 16 x 23 X 5 cms.), con cuatro agujeros, de fin indeterminable (v. lám. V, 1).
Varias pellas de arcilla con perforación,
a manera de morillos para sostener una
barra (v. lám. V, 1).
J
Parte del pavimento de una habitación.
con la impresión de un cesto (v. lám. V, 2).
Objetos de hueso.-Un hueso, decorado
curiosamente cerca de ambos extremos por
una faja de líneas inclinadas que se cruzan
"
entre dos líneas paralelas (v. Hg. 9).
Cinco fragmentos de punzones. uno de
ellos de 7'3 cms. de long. y otro, muy bien
Fil. 9. Clpu ••g1.lJtre.dl y h1.ltso
conservado, con la punta de sección triant on decoracl/m Int lsl.
gular (5 X 0'6 centímetros); parte de UI1
Mitad de 511 I.I mailo nl lll T
a1
hueso, acaso punzón asimismo.
Objetos varios.-Un mango de hoz de madera; consiste en una varilla
ligeramente curvada, de 40 cms. de longitud y sólo 1'3 cms. de grueso
(v. IAm. V, 3).
Tres conchas; una ciprea con dos agujeros para usarla como colgante
(v. fig. 9).
Granos de trigo (?) carbonizados hallados dentro de una vasija.
Deducciones cronológicas.-Ei fijar la cronología de esta , como de
otras estaciones levantinas, unas pocas publicadas, muchas inéditas
todavía (1), ha de ser difícil mientras se trabaje sobre un corto número
li
•
(1) Es realmente enorme el número de estaciones deseuhlertas de estos pe.
rlodos en toda la regi6n levantina y de las que se conocen IIn algunos casos hallazgos
sin que hayan sido publicados ni siquiera e¡¡ploradas debidamente. Véase. en prueba
de ello, el trabajo de O. Nicolás Primitivo G6mez inserto en otro lugar del presente
ARCHIVO.
-
11)8-
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EL POBLADO DE $MAS DE MJ;:NENTEI) (ALCOY)
9
de ellas, ya que por su pobreza común carecen de los elementos típicos
suficientes para darles un lugar bien delimitado dentro del cuadro
general de la prehistoria hispánica.
Analizemos cada uno de los elementos que el Mas de Menente nos
ha proporcionado en orden a la cronología. Los objetos de metal nos
dan ya como término post quem, el eneolítico avanzado, ya que su va·
riedad indica una época en que los útiles de metal se han divulgado y
multiplicado; el tratarse de cobre puro parece ser un obstáculo, no
insuperable, para que rebajemos su edad hasta la edad del bronce en
sus comienzos; es bien sabida ya la poca fijeza respecto al uso de cobre
puro O de bronce en los tiempos limítrofes entre el eneolítico y los ca·
mienzos de aquella edad. El punzón y los puñalitos indican el eneolltico; el fragmento de sierra da idea de algo más moderno. y el hacha
confirma esta última suposición; la forma sumamente rara de ésta,
con los salientes recurvados, no puede colocarse en un momento anti·
guo, a pesar de que conserva todavía el cuerpo trapezoidal de las hachas
de los primeros tiempos. En resumen, a base de los objetos de metal.
colocaríamos el poblado en la época de transición entre el pleno enea·
Iftico y la época de El Argar.
La cerámica viene a confirmárnoslo. En ella falta toda decoración;
ni el más leve indicio nos recuerda las decoraciones que en otro tiempo
florecieron en Levante, los relieves de la cerámica de la cultura de las
cuevas, las incisiones de la cerámica cardial y del vaso campaniforme;
de acuerdo con el carácter típico de la cerámica almeriense, acentuado
al acercarnos a El Argar, la decoración desaparece yen cambio la factura
es algo más perfecta y la superficie mejor alisada. Pero hay otro indicio
de los mismo en las formas; el cuenco cónico y, sobre todo, alguno de
los vasos con reborde central muy acusado, preludian las formas de
El Argar; no hemos llegado aún a éstas, pero nos hallamos en su camino. De notar son también por su originalidad las dos vasijas cilín·
dricas.
Aún podemos reforzar la hipótesis por medio del sílex. Ni una sola
punta de flecha; escasísimos cuchillos, mientras abunda extraordinariamente el tipo de sierra; todo ello nos indica que hemos pasado ya
del pleno enea lítico.
Los demás objetos no contradicen esta cronología; el buen número
de hachas de piedra nos impediría rebajar demasiado la edad del poblado; pero entre ellas hay dos ejemplares pequeños y de delicado trabajo que, el uno por lo agudo de sus cantos y el otro por el curioso reborde central, nos hablan de un momento avanzado, también acaso
imitando ya las piezas de metal.
De todo ello concluimos que hay que colocar este poblado entre los
años de 2500 a 2000 antes de J.-C., siguiendo la cronología de P. 80sch
-109 -
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•
10
LUIS PERICOT-FERNANOO PONSELL
Gimpera, renovada últimamente (1), en la que se tiende a rebajar la
fecha de El Argar, dejando así un amplio margen para la transición de
la época del cobre a la del bronce, dentro de la cual situamos la estación
que nos ocupa, creemos que con sobradas razones.
Comparociones.-De alto interés sería el poder agrupar este poblado
con las restantes manifestaciones análogas de la región levantina y ver
qué lugar ocupa en la evolución de su cultura; pero faltando realmente
trabajos de sistematización para aquélla, que recojan Jos datos últ!mas (2), resultaría esta tarea fuera de lugar aquí. Por ello nos limitaremos a comparar el Mas de Menenfe con otras estaciones de los alrededores de Alcoy como primer núcleo para ir extendiendo en otra ocasi6n
el sistema a las restantes estaciones valencianas.
En su término o en los vecinos tenemos noticia de múltiples estaciones de época análoga: Les Llomeles, Vil del Moro, Mola Afia de Serelles, necrópolis El Revolea! (Cocentaina), Mola d' Agres, Cava Blanca
o de Bolumini, Cabezo de Mariola, prescindiendo de otras más alejadas
(Bocairente, Gayanes, Carrícola, Bélgida, Bellús, Albaida, Torremanzanas, etc.) (3).
La única bien excavada y estudiada es el poblado de la Mola Al/a
(1) Véase particularmente el trabajo de P. BOSCH GIMf'ERA: O neo·en8olitico
na Europa OcidmlaJ e o prOblema do suo cronoJogia (TrabaJitos da Sociedade Por·
tugueMl dI Antropologia e Etnologia, vol. 111, fase. IV, Porto, 1928), del que damos
un resumen en la Sección Bibliográfica de este ARCHIVO. En su nuevo sistema, el
profesor 80sch Glmpera subdivide el primer perlado de la Edad del Bronce (transIción a El Argar) en dos subperlodos, y como se verá, no nos atrevemos en muchos
casos a concretar la cronologia de las estaciones alcoyanas hasta el punto de distinguir en ellas estos dos subperlodos; sin embargo, cuando nos referimos al eneoJltlco
final, como ocurre al hablar de la Mola Afta de Strefles, tal denominación viene a
coincidir prácticamente con el comienzo de la Edad del Bronce I a b del sistema de
Bosch Gimpera.
(2) V. P. BOSCH GIMPERA: ConsMuacions ge/lerals sobre lesestafions tneollti·
giles d,J Baix Aragó i d,1 Regne de Valencia, Anuarl 1. E. e., VI, Barcelona
19]5-20, p. 463.
(3) Para el conjunto de estas estaciones, v. R EIoIICIO VICE DO: Histaria de Alcoy,
vol. 1 (A!CQy, 1920); CAMII.O VISEOO: Breu no/ida sobre les primeres edals del metaff
a les proximilats d'Alcoy (Butlfeti de I'Assadació Ca/alano d'Anlropologin, Efllofogia
i Prehi$1ória, vol. 111 , fase. 11, Barcelona, 1925, p. 173). De algunas (Bé]gida, 80·
cairente, Albaida), se habla en distintos lugares de este ARCHIVO especialmente
en el trabajo de 1. Ballester sobre la estación del Camf Real d'Alacanl (Albai.
da) donde se sistematiza lo referente a cuevas sepulcrales de la comarca. La
estación de Torremanlanas, explorada por el pérroco de esta localidad, Sr. Belda,
ha ~ldo publicada por él en la M,moria n,O 1 de la Ju ntlil Superior de Exca02
vaciones de Antigüedades, Madrid 1929.
- 1 10-
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EL POBLADO DE .MAS DE MENENTE* (ALCOY)
11
de SereUes (J). A nuestro juicio, este poblado, que se halla a pocos kiló·
metros en linea recta del de Mas de Menen/e, representa una misma
cultura , unas mismas gentes, viviendo en un momento inmediatamente
anterior. En él tenemos la misma pobreza en la decoración cerámica,
parecidas formas, pero menos variadas y con falta del vaso con perfll
argárico; los cordones con impresiones digitales no son raros; los objetos
de sílex denotan mayor riqueza y los de metal menos, que los correspondientes del Mas de Menen/e. En una palabra, produce la impresión
de pertenecer a un eneoHtico avanzado o final, pobre .
La cueva sepulcral de Les L/omeles, junto a Alcoy, ofrece grandisimo
interés. Por desgracia, fué descubierta y explorada en una época en
que se prestaba todavla poca atención a estos hallazgos. lo cual explica que nos falte de ella una publicación completa y que se hayan
perdido gran parte de los objetos y restos humanos que se hallaron. De
la descripción que se conserva de su exploración (2) se deduce que
existían en ella dos capas, la superior con los cadáveres extendidos y
con útiles de cobre, que pertenecería al final del eneolítico o comienzos
de la época de transición al bronce, contemporánea en el primer caso
de la Mola Alta de Serelles, y otra inferior con los cadáveres en cuclillas
y cerámica sin decoración, útiles de piedra, hueso y marfil (3); esta
capa inferior sería de l pleno eneolítico, contemporánea de los enterramientos del Caml Real d' Alacan! (Albaida) y de la Coua de la Barsella
(Torremanzanas).
En VII del Moro (La Serreta, Alcoy), hay restos de un poblado con
muros sin argamasa, que ha proporcionado una rica colección de piezas
de sílex (puntas de flecha con aletas, entre otras), un pequeño escoplo
de cobre, cerámica tosca, hachas de piedra, etc. Lo suponemos del
eneolítico final, contemporáneo de la Mola Alta (4). La Mola de Agres,
algo más alejada ya que se halla en las estribaciones septentrionales de
Mariola, es otro poblado con numerosos restos de grandes muros del
que procede cerámica tosca y algunos objetos de piedra poco típIcos;
(1) ERNESTO BOTELLA CANDELA: Excavaciones en fa _Mola Alta. de Serelles
(Alcoy), Memoria núm. 79 de las publicadas por la junta Superior de Excavaciones
y Antigüedades (Madrid 1926). Del mismo autor y con el mismo titulo, Memoria
número 94 de las publicadas por la dicha junta (Madrid. 1928).
(2) V. la copia de la Memoria redactada por D. Enrique Vilap[ana y D. j. Vila·
nova y Piera poco después del descubrimiento en la Historia de Alcoy, de R. VICE DO,
Tomo 1, donde se contienen , ademA.s, otros datos Interesantes sobre este yacio
miento.
(J) Entre ellos un llamado tomillo qUB seria la cabeza de una aguja. semejante
a la de l Cal/1f Real d' A lacall/; v. el trabajo de 1. Ballester sobre el último en otro lugar
del ARCHIVO.
(4) R. VICE DO, ab. cil., p. 77 Y 83; C. VisaDO, ob. dI.
-
111 -
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12
1.UIS PERICOT-FERNANDO PONSELL
acaso pudiera provisionalmente considerarse como del pleno eneolítico (1). En La Canal (Maslas El Remó y Vi/aplana, Alcoy), frenle al
poblado ibérico del Puig, se hallaron cadáveres y hachas de piedra;
provisionalmente atribuimos estos enterramientos al pleno encolitico;
lo mismo diremos de los enterramientos deIs DI/bols (al Este de La Serreta) y de La Menara y de los hallazgos de hachas y cerámica realizados
en los lugares denominados El Sargento y Baradellos (2).
Al pleno eneolítico pertenecen también la Ca/Ja de Bolumini (3) con
cerámica con decoración incisa. los fondos de cabaña de Bélgida con
vaso campaniforme, la Caua de la Sarsa (Bocairente), con cerámica do!
decoración tardíal (4) y los enterramientos de l Camí Real d'A/acalll
(A!b3.ida) y la Cava de la Barsella (Torremanzanas), La necr6polis d~
Gayanes (5) acaso fuera un poco posterior, contemporánea de la Mola
Alta de Serelles, mientras el enterramiento de Carríco la (6) parece
también del pleno eneolítico. Por último, el CabefÓ de M ariola (7), con
un puñal de bronce de tipo avanzado nos lleva ya a una época plenn·
mente argárica, posterior, por lo tanto, a todas las estaciones que llevamos enumeradas.
Con esto hemos esbozado un primer intento de clasificación cronológica de las numerosas estaciones de los alrededores de Alcoy, a base
de los escasos datos publicados. Esperemos que nuevos estudios en la
comarca permitirán mejorar nuestra tentativa rectificando los errores
que por las deficiencias de exploración forzosamente se habrán desli·
zado en ella. La abundancia de los hallazgos justifica por anticipado
cuantos esfuerzos se realicen en este sentido.
(I) R. VICI!:DO: ob. cil .. p. 77 Y 83; C. VISI!:OO: ob. cil.
(2) R. VICEDO: ab. cit., p. 77 y ~Igs.
(3) C. VISE DO: ob. cit.; P. Bosch Gimpera y A. del Castillo, en sus trabajos
sobre el vaso campaniforme, han atribuído la cerámica de esta cueva a la especie
del vaso campaniforme. u otra emparenta1a con ella.
(4) Aparte de la COvQ de la SarsQ, hay en el té.rmlno de Bocalrente otra pequeña cueva con el mismo tipo ceramico (C. VIS!! DO: ab. cit.).
(5) C. VIS!!OO: ab. cit. Esta necr6polis no se ha publlcado de manera como
pleta y su material se halla disperso.
(6) Publicado por C. VISI!:OO: ab. cit., atribuyéndOlo a Ad::aneta; dIcho autor
reproduce un vaso hallado en ~I, de acusado perfil ar,drica como algunos ejemplares
del Mas de Menen!t. Recientemente (1929) 1. Ballester ha terminado 3U expl0.
rar'!ón encontrando material semejante al de otras cuevas sepulcrales eneolltir'as.
(7) R, VIC!DO: ab. cit.: C. VISEOO: ab. cit.
_
112-
[page-n-113]
PER1COT
~
PONSELL
~ . Mas
de Menentu.
2
1. Vista lid tmo donllr sr lrvanta fl poblado.
2. VIsI. de las hallllaclones lid pobbdo.
LÁM I NA
1.
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PERICOT - PONSELL - ~ Mas de Menentetl.
LÁMINA 11.
2
3
l. Enluddo de una de In pareda -
2. PltUI dt cobre -
3. Molinos de m.no
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PERICOT. PONSELl· .Mas de Menentet.
2
I Y 2. CtrAmlca dtl poblado.
LÁMINA 111.
[page-n-116]
PERICOi - PONSELL - , Mas de Menentet.
2
l. VUO' ptqurilOl -
2. Grandes cuencos.
LÁMINA IV.
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PERICOT· PONSELL ~ . Mas de Menentu •
LÁMINA
•
3
1. PIUd de "-"O de Il1O Indtltfmln.do - Z. Impttsl6n en el !Ia"O d. un Iondo de calo
3. 1101 de madera t¡¡n plun de IlIex.
v.
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